…érase una fiesta superlativa. “Será pequeña y sencilla”, me dijeron. Cuando Eloy y Cristina me contaban el plan de su boda lo hacían por lo bajinis, casi como si con ellos no fuera la cosa. Yo me extrañé, llegando a pensar que para qué querían un fotógrafo si la cosa iba a ser tan laxa, ¿no?
Con esta boda rompo varias reglas no escritas. La primera es decir algo supuestamente negativo de una boda – lo de laxo y tal. La segunda es poner una canción rockera de las que te toca las pelotas mientras lees esto; pero como es la sensación que yo viví en la boda, esto es: tratar de concentrarme y trabajar mientras tienes a una banda de rock metida en el cuerpo, pues os jod… perdón, fastidiáis. Y la tercera es que reconozco que hice algo que no se debe de hacer: perder por-com-ple-to la compostura ante mis señores clientes, bailando y cantando a saco mientras me ganaba el pan con el sudor de mi frente; bueno, al menos esta vez eso fue literal. No seré yo quien publique aquí las pruebas del delito, que uno tiene una fama que proteger. O no.
Ya puestos, os voy a contar la verdad: Eloy y Cristina son peligrosos. Gente de no fiar. Parecen buena gente y tal, pero en cuanto te despistas se pegan a ti, te abrazan, saltan y pierden la compostura (también). Son de esos que no mantienen los amigos ni 45 años seguidos, mira tú, y lo peor: no tienen ni idea de montar una buena fiesta. Todos nos lo pasamos horrible y la gente se vino abajo, no bailó, ni cantó. Un fiasco y una pena, porque con un buen concierto de alguna banda como los sobresalientes Earnest Street Band la cosa habría sido muuuucho más divertida.
Iba a poner de portada la foto del arbolito que me ha quedado muy mona y tal, pero de pequeño me jodían los comics cuyas portadas no reflejaban el interior de la historia, así que he preferido meter a estos tres tenores como representantes de la que se lió. Ellos saben que se lo han ganado, de sobra. Ya me perdonará la novia y eso.
Por lo demás, a mí me ganaron haciendo eso: siendo ellos mismos. Dos más pa’ la tribu… por obra y gracia de mis queridísimos Marta y Angel. Y sí, bien observado: es la misma banda en todos los sentidos.
Disfrutad.
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