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Como decía en la entrada que contiene el reportaje en sí, esta preboda fue especial por muchas razones, aunque solo sea porque duró tres días… con dos fotógrafos principales. Esto no solo da para disparar (literalmente) miles de fotos entre las que escoger cientos de bellos momentos, sino que esta aventura ha hecho que -y esto es lo más importante- Kiko y Desi ya no son nuestros clientes: ahora son nuestros amigos. Éste es el relato de una bellísima experiencia personal, emocional y profesional: la preboda de Ceuta.

Cuando estuvimos planeando el viaje, los cuatro teníamos muy claro que queríamos evitar los aviones. El aeroplano es para el ejecutivo, las prisas y el asfalto acristalado. Por contra, una aventura así pedía a gritos lo que hicimos: coger un tren, un bus y un barco hasta Ceuta, ciudad mágica y tierra fronteriza, cruce de culturas, aguas y vientos. Y eso hicimos…

Primer día. Tren tempranero desde Atocha. Por cortesia de las obras de Renfe, el tramo final hasta Algeciras lo hicimos en bus. España es preciosa cuando se recorre a pié de campo – un paisaje precioso que cobijó una laaaarga y amenizada charla. Carlos estaba especialmente locuaz, es decir: ¡como siempre! 😉  En Algeciras nos esperaban Manuel y Asun simplemente para darnos un abrazo y tomar un algo, matrimonio divertidísimo, buenos amigos, y valientes fotógrafos (él) en una tierra que no da mucho margen a la creatividad visual que digamos. El barco, al igual que el tren, aportó un puntito más de romanticismo al tema, a pesar de que el salitre hacía estragos en las cristaleras y tal. Al final, las Torres de Hércules nos anunciaban la llegada a destino.

Desi y Kiko nos albergaron en un hotel muy cool, muy céntrico, muy bien. Tras un primer paseo nocturno para calentar motores, dedos y arrumacos, nos fuimos a cenar a un sitio lleno de magia y luces medievales. Más charla distendida sobre la vida y milagros de cada uno.

Esa noche cumplía años Desi, así que tocaba ir a casa de Kiko donde nos esperaba su madre llenita de regalos y buenos augurios. Una cosa llevó a la otra y tuvimos la osadía de dudar de su autoproclamado título de Reina de los bolos en la Wii – era cierto: ganó, pero por poco. Mi segundo puesto me supo a gloria y claro, nobleza obliga: aunque no me dejé, quedaba muy feo ganar en su casa a la anfitriona. Eso sí: como castigo por habernos humillado, la ganadora se queda sin foto en plena faena (que la tenemos).

Segundo día. Toca madrugá para gozar de un amanecer impresionante, con vistas a la frontera. Es aquí donde uno se da cuenta de lo que Ceuta es realmente… Después de varias horas de besos, fotos, risas y más arrumacos (¡cómo se quieren estos tíos!), unos reconstituyentes churros con chocolate absolutamente celestiales. Creo que el padre de Kiko aún no nos ha perdonado el madrugón…

Con Lorenzo gritando ya a pleno pulmón subimos a una fortificación militar que brinda otra de esas vistas para quitar el hipo. Tal era la solana, que el bueno de Carlos mostró sus cualidades de camuflaje… bueno, sus cualidades. Más momentos, más rincones, Gibraltar perennemente presente, cafelitos con repaso de fotos y paseo sereno por la ciudad.

Allí dimos el ramo de flores a la cumpleañera, vimos edificios que hablan de historias olvidadas y descubrimos rincones arquitectónicos que hacen las veces de mudos testigos del cruce de culturas que impregna todo Ceuta. Nos esperaba un excelente y casero Cuscús en casa de Kiko – el mejor que he probado en mi vida.

Por la tarde tocaba playita de piedras cercana a Ceuta. Rocas, pescadores, risas, puesta de sol, té verde moruno… joder, ¡qué a gustito estuvimos! Lamentablemente no hay fotos del mini-accidente, pero pude comprobar de primera mano que mi Nikon D3 está verdaderamente aislada contra la “humedad”, porque este patán que os escribe pisó mal en una de las fotos en el rompeolas (la culpa fue de las algas, lo juro) y me zambullí en plena orilla. ¡Mira que es difícil calarse hasta el culo y sumergir la cámara en escasos 15 cm de agua! …pues yo lo conseguí. Soy un crack. 😀  La puesta de sol no se puede describir con palabras – mejor enseñarla directamente.

Bien está lo que bien acaba. Esa noche tocaba despedirse de los padres de Kiko a lo grande, así que nos volvimos a su casa para que Carlos diera rienda suelta a uno de sus secretos mejor guardados: es un experto en gin tonics. Sí, sí: el gin tonic es todo un arte que poca gente practica en toda su profunda extensión de matices, preparados y demás. Cada copita de marras tarda unos 5-10 minutos en preparase, pero el resultado mereció la pena sin duda.

Tercer día (y regreso a casa). Teníamos poco tiempo porque el viaje de vuelta es largo (barco > bus > tren > metro), pero el suficiente como para hacernos otro madrugón, repetir la salida del sol y hacernos unas divertidas fotos en el monte adjunto, una mini-jungla donde hicimos, literalmente, el mono. Carlos, como siempre, a la caza del momento con sus posturitas y todo.

¡Menudo viaje! 72 horas TAN intensas que es imposible constreñir en un post la cantidad de emociones vividas. Imposible quedarse con una sola cosa o instante, así que recurriré a la siempre bucólica puesta de sol para ilustrar el tema de la despedida. Ceuta, ciudad intensa y cruce… de emociones.

P.D. Próxima parada “especial”: Portugal, aunque para eso quedan cuatro semanas llenas de mini-aventuras prebodiles y bodorrios madrileños.

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COMMENTS

Las fotos son preciosas. No puedo dejar de verlas. Vaya idea habéis tenido.

Como os lo pasáis. Como sigáis haciendo prebodas conjuntas y de tres días vais a acabar viviendo en casa de los novios. Un reportaje estupendo y unas fotos espectaculares. Un abrazo.

JOlines! que reportajes mas bonitos. Felicidades KIKO y DESI. Desi doblemente tambien por ese cumple que tan bien recordaras por ser tu ultimo cumple de soltera y ademas tener inmortalizado esos momnetos por estos magnificos fotografos Carlos y Luis, sois geniales chicos! De nuevo enhorabuena!

Olga María Alcaide Cerrudo

joooooooo !!!! y yo mientras tanto en Melilla.

Lo siento, Manuel: es un pivón, pero está casada con un amigo mío así que NI TOCARLA. Te jodes. ¡Enorme abrazo, campeón!

Me encantan las fotos, que alegría el poder disfrutar tanto de tu trabajo.Sois geniales pedazo de pencas.
Por cierto me podeis conseguir el numero de la muchachita esa que sale con el papafrita del jersey a rallas.Creo que me interesa un poco.
Un abrazo muy pero que muy fuerte para los dos, y espero veros pronto.
Parece mentira como se puede querer tanto a una persona en tan poco tiempo.
Nos vemos pronto amigos.
Por supuesto esto va tambien para el bueno de Carlos hazselo saber por favor.
Se me olvidaba, un saludito a desi y kiko.
FUERZA Y HONOR.

Me encanta el relato del viaje Luis!!! Un trabajo genial…qué bien lo pasamos!!! Nos llevamos de ese viaje tantos buenos momentos y tantas cosas, y que has concentrado, explicado y retratado tan bien 😉 Qué suerte hemos tenido!!! Un fortísimo abrazo

Guauuuuu sin palabras…

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