Posados. Muchos. Y texturas. Y olores. Y miradas. Y lugares universales. Y risas. Y un paseo delicioso. Y charlas agradables. Y una luz magnífica, la de ellos y la del entorno. Todo… salvo Zaragoza, que fue donde ocurrió todo. Aunque podría haber sido en cualquier lugar del planeta, a juzgar por la total ausencia de monumentos identificables que constaban en la ruta que me prepararon los novios.
Sandra e Iñaki no son una pareja normal. En primer lugar, porque ambos son fotógrafos y eso siempre supone un reto muy especial al que nunca me había enfrentado. Iñaki hace un poco de todo, aunque pone su acento en la arquitectura y la montaña. Está lleno de exposiciones, premios, publicaciones… Sandra por contra se ha posicionado en el polo opuesto, con una fotografía muy valiente y muy conceptual que me encanta. Personajes así no se improvisan. Sandra es un alma vieja escondida en una mujer joven. En los ojos de Sandra pasan cosas, maneja sus silencios con una expresividad asombrosa y exhala una sensualidad serena muy potente, como salida de un cuento de las Mil y Una Noches. El poder de esta mujer se esconde tras una fachada aparentemente frágil, al igual que muchas de las emociones que expresa con solo perder su mirada en el horizonte. Tras conocerla, entiendo perfectamente de dónde viene su fotografía… Iñaki es su contrapeso, con un porte tremendamente masculino. Iñaki se presenta en escena desde la acción (es profesor y arquitecto – dos profesiones que exigen proactividad). Sin embargo, el tímido es él. Es tremendamente bello cómo la energía baila con esta pareja absolutamente fusionada: por fuera, manda Iñaki – por dentro, domina Sandra.
La intimidad de la pareja ha preferido que no se publiquen los primeros planos de los protagonistas. Personalmente, llevo más de diez años viviendo directamente de Internet y el Comercio Electrónico. En este tiempo he aprendido a respetar todas las posturas sobre la intimidad – más aún si se trata de retratos de la intimidad de la pareja. Aprovecho la venia para destacar esto: el profundo respeto que tengo a todos y cada uno de los grises que exiten en cuanto a qué y cómo se publica la imagen de cada cual en los medios públicos. Obviamente, todos los reportajes publicados en este blog tienen la aquiescencia de los protagonistas… Otra cosa es que personalmente no tenga mayor problema en exponerme públicamente porque, al fin y al cabo, solo hay un Luis Masyebra en el mundo entero, tal cual. Es muy fácil encontrarme. Cosas de ser un poquito voyeur, y un poquito exhibicionista – al menos con mi trabajo. ;D
Disfrutad.
Gracias Vane, de veras. Gente como tú me ayuda para no dormirme en los laureles. ¡Besos!
Geniales…. si es que los que te conocemos personalmente y conocemos tu trabajo desde tus inicios ya no sabemos que decirte.ERES GRANDE LUIS!
Curioso trabajo. Nunca dejas de sorprenderme.
Síiiiiii….Sé cuál es la próxima parada!!!!!Eso sí, ARTISTA…Me vas a tener que “indemnizar” con una buena manicura, jajaja..BESAZOS!!
Xana, tu prosa me encanta. Gracias por estar ahí, siempre, en cualquier circunstancia. Habría que clonarte…
Isa, mon amour, aguanta la respiración: adivina quién es la próxima…
A esta bella pareja no les hacen falta arrumacos para manifestar su potencia y acuerdo. Espero que les satisfaga el resultado. Yo, al menos, lo he disfrutado con intensidad y me ha llegado su aroma artístico. Sólo lo mejor para ellos.
Pufff….Masyebra…yo ya no sé que decirte…Alucino contigo!!!!Cuánta fuerza tienen estas fotos!!! Soberbias!!!