:: película larga ::
Uno de los privilegios de este oficio es poder ver de primera mano la increíble capacidad de empatía que tenemos los seres humanos. Por razones muy difíciles de comprender, nos encontramos con gente con los que te entiendes de inmediato, del todo.
Esto es exactamente lo que me ocurrió con Dani y Sonia. Cada vez que nos hemos encontrado, el tiempo se volvió líquido y el entendimiento mutuo aparecía en cada tema que surgía, una y otra vez. ¡Qué placer! Uno puede ver con claridad las cosas que nos hacen diferentes, entender los puntos donde el otro está (y nosotros no), y aún así comprenderse a la perfección.
Me encanta Dani, me encanta Sonia. Me encanta su aventura que viene muy al pelo de aquel texto que colgué en mi muro hace muy poco y decía:
El diablo susurró en mi oído,
“No eres suficientemente fuerte para resistir la tormenta.”
Hoy le susurré al diablo en el oído,
“Yo soy la tormenta.”
Disfrutad.
Un trabajo sereno, lleno de naturalidad y chispa. De ahí emana su fuerza.
Como la de los contrayentes.
Felicidades a todos.
Seguimos caminando.