Esta temporada he tenido unas cuantas bodas en León, gracias a Dios (y a mis novios, claro está). Dentro de dos semanas Ana Cruz y yo nos mudamos a Madrid, y eso me ha hecho reflexionar lo mucho y bueno que he vivido en esta ciudad tan ligada al Camino de Santiago. La boda de Rebeca y Raúl entre ellas. O mejor debería decir Señor y Señora Ratón.
Cuando vi su tarta nupcial, me llamaron la atención dos cosas: una, que la tarta era de verdad, de las de comer, y no una simulación prefabricada y preparada para el corte en un sitio predefinido. Me hizo gracia pensar que Rebeca y Raúl tampoco te dan gato por liebre, y que con ellos siempre tienes la sensación de que estás ante su verdadera faz. Son gente de verdad, sin trucos.
La segunda fue pensar que la figurita de la tarta les venía al pelo y era una bella metáfora de cómo son: tal y como ocurrió en su preboda, a estos dos les encanta encontrar sus rinconcitos, ir a su bola. Da igual que les metas en una esquinita, en un enorme espacio o en medio de una muchedumbre, ellos siempre logran crear su propia intimidad. Y creo que ésa es una excelente cualidad para asegurarse la felicidad.
Disfrutad.
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Como siempre, nos han encantado las fotos. Gracias por hacer un día especial más aún si cabe. Ten mucha suerte en tu nuevo camino. Millones de besos. Fdo.: Sr y Sra Ratón
¡Pillado! Os habéis adelantado: quería haberos avisado, pero me pilló un imprevisto y tuve que salir… En breve, os mando el tocho entero. ¡Gigante abrazo! ;D